Pinot Noir es uno de los híbridos más peculiares y fascinantes del catálogo. Con una estructura robusta que evoluciona de manera sorprendente, esta variedad combina una producción visualmente impactante con un perfil aromático complejo que cambia a lo largo del cultivo. Ideal para cultivadores que buscan una planta de porte medio pero con una alta relación flor/tamaño y una experiencia sensorial única.
Durante las primeras semanas, Pinot Noir desarrolla un crecimiento achaparrado, con grandes hojas de abanico que delatan su fuerza estructural. Al entrar en la fase de prefloración, experimenta un estiramiento notable que puede duplicar o incluso triplicar su tamaño. Tiene una tendencia natural a ensancharse, por lo que responde bien al LST o a la simple técnica de doblado de hojas. Puede alcanzar tanta amplitud como altura, generando una arquitectura equilibrada y compacta.
Pinot Noir es el resultado de un cruce entre Creme de la Chem y Double Grape, dos genéticas que aportan una fusión ideal de producción, estética y potencia. Del primer parental hereda la densidad floral y el aroma funk, mientras que del segundo provienen los tonos frutales, la intensidad terpénica y una abundante producción de resina.
El perfil aromático de Pinot Noir es toda una travesía: comienza con notas intensas a goma quemada y especias, para luego transformarse en matices más suaves de café, pimienta, vino tinto y hasta salsa casera. Hacia el final de la floración, aparecen dulces notas de uva, regaliz y caramelos. Además, es una de las variedades más resinosas de su línea genética, cubriendo incluso los tallos con tricomas visibles.
Pinot Noir ofrece cosechas de entre 90 y 130 gramos por planta, completando su ciclo en 70 a 80 días desde la germinación. Gracias a su estructura densa y controlable, es ideal tanto para cultivos de interior como en espacios más amplios bajo condiciones óptimas.
Esta variedad ofrece una combinación compleja de aromas terrosos y afrutados, con una evolución que pasa de lo fuerte y especiado a lo dulce y agradable. En boca se aprecian sabores a frutas ácidas, tierra húmeda, especias y un ligero fondo dulce y vinoso.
Pinot Noir es un verdadero espectáculo visual: sus cogollos son densos, de estructura media y completamente cubiertos de tricomas. Hacia el final del ciclo, en temperaturas más frías, muestra una decoloración espectacular que incluye tonos púrpura, rojo vino y hasta plateados, lo que la convierte en una joya tanto para consumo como para fotografía cannábica.
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